FAQs Legionella

¿Qué es la legionella?

La Legionella es una bacteria que pertenece a la familia legionellaceae, presente en todo el mundo.

Esta bacteria existe en aguas superficiales, como lagos, ríos y estanques. Posee una alta resistencia a condiciones físico-químicas muy variables, por lo que se convierte en una bacteria muy resistente en su hábitat natural.

La Legionella puede llegar a los depósitos de agua, como son sistemas de agua potable, sistemas de refrigeración, piscinas, jacuzzis o instalaciones de agua caliente sanitaria.

La bacteria Legionella en su especie pneumophila es la más patógena de todas.

¿Cuándo muere la Legionella?

FAQ Instalaciones ACS - Efectos legionella según temperatura ACS

En su hábitat natural, la cantidad de bacteria Legionella se encuentra en bajas concentraciones. Si la temperatura del entorno donde se encuentra oscila entre entre los 20 y los 45 grados, comenzará a proliferar a gran velocidad. En concreto, la temperatura óptima para que la legionella crezca y se multiplique es entre los 35 y los 37 grados.

¿Dónde se encuentra la Legionella?

Hospitales

Los focos principales de contagio suelen producirse en el agua caliente sanitaria de cuartos de baño y duchas.  Cuando la legionelosis se produce en el ámbito hospitalario, también se le llama legionelosis «nosocomial«.  La gravedad de los síntomas, en este caso, suele ser mayor porque la persona se encuentra más debilitada. Aunque, es más fácil de detectar que en otros lugares dado que la sospecha se hace latente más rapidamente.

Hoteles y establecimientos vacacionales

Los establecimientos hoteleros pueden ser un foco de infección por dos motivos principalmente: tuberías de agua caliente mal equilibradas o acumuladores de agua caliente antiguos o deteriorados.

Al contrario que en los hospitales, resulta mucho más difícil de detectar porque las personas contagiadas suelen viajar desde diferentes destinos, por lo que el seguimiento de los síntomas y/o del foco de origen es más complicado.

¿Cómo se transmite la Legionella?

Si la temperatura del sistema no es la adecuada para matar la legionella, ésta se puede multiplicar en el sistema de agua caliente.

Si respiramos gotitas de agua que contengan la legionella, ésta puede hacerse fuerte en nuestro organismo.

Una vez este agua está contaminada, podemos inhalarla a través de:

  • Duchas y grifos
  • Bañeras
  • Torres de refrigeración
  • Humidificadores
  • Etc…

La vía de transmisión principal es por inhalación de agua contaminada, en forma de aerosol.

¿Qué es la legionelosis?

Según la OMS, la legionelosis es una enfermedad causada por la exposición a una bacteria que se encuentra en el agua y el suelo. Su gravedad va desde un síndrome gripal leve hasta una neumonía grave, a veces mortal.

¿Cuáles son los síntomas de la legionelosis?

Los síntomas principales son muy similares a los de la gripe:

  • Malestar general
  • Pérdida de apetito.
  • Dolor de cabeza (cefalea).
  • Fiebre.
  • Dolor muscular, cansancio.
  • Tos.
  • Problemas para respirar.
  • Dolor en el tórax.
  • Diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
  • Confusión o alteración del estado de conciencia.

FAQs Agua Caliente Sanitaria

¿Qué es el agua caliente sanitaria?

Las siglas «ACS» hacen referencia al Agua Caliente Sanitaria, es decir, el agua de consumo o lo que también conocemos como agua potable caliente. Por tanto, es la que se nos suministra a través de grifos, duchas, etc. a través de la red de agua caliente de los edificios.

En primer lugar, tiene que cumplir unos requisitos sanitarios (Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero) para que sea segura para consumo humano en su composición.
Y en segundo lugar, debe cumplir otra normativa adicional (Borrador RD…/2021) para impedir la proliferación de Legionella manteniéndola por encima de 50ºC si circula y de 60ºC si está acumulada.

¿Qué sistemas existen y se utilizan para obtener ACS?

Los sistemas se pueden clasificar según el procedimiento mediante el que el agua fría llegue al usuario como Agua Caliente Sanitaria (ACS).

Para garantizar la salubridad sanitaria, el agua fría debe estar a menos de 20°C (Borrador RD…/2021; Anexo III–Parte A-6-a) y llegar justo a la entrada de los puntos de consumo a una temperatura nunca inferior de 50°C (Borrador RD…/2021; Anexo III–Parte A-7-f).

Hay dos grupos de sistemas opuestos de producción de ACS:

  • Sistema de producción por acumulación
  • Sistema de producción instantánea.

Pero, además existen otros dos sistemas intermedios a ellos:

  • Sistema semi-acumulado
  • Semi-instantáneo

Sistema por acumulación

Es un sistema que, tras producir el ACS, lo guarda en depósito para distribuirlo desde allí al usuario.

Para evitar la proliferación de Legionella, la temperatura de esta acumulación nunca deber ser inferior a 60°C (Borrador RD…/2021; Anexo III-Parte A-7-c).
Un sistema así en el entorno doméstico (acumulación < 750L) lo encontramos en el “termo-acumulador eléctrico”: Una resistencia eléctrica calienta el agua allí acumulada. A la par que por la parte superior del depósito se consume el ACS más caliente (≥60°C), se sustituye con agua fría por la parte inferior.

En edificios con un elevado consumo de ACS (hoteles, residencias, hospitales, etc.) éste es el sistema más habitual. La diferencia con su aplicación en el entorno doméstico es que los depósitos son mucho mayores y cuenta con varios circuitos en vez de con uno, en los cuales se calienta el agua de otra manera y se la recircula para:

  • Reducir al mínimo la energía consumida en mantener ≥50°C en cualquier punto de la instalación.
  • Soportar altas demandas de ACS durante tiempo suficiente llegando al usuario en pocos segundos.

Tiene importantes inconvenientes como son el espacio físico necesario, la complejidad de instalación y el exhaustivo mantenimiento que requieren para evitar la Legionella.

Sistema Instantáneo

Es un sistema que produce el ACS al mismo ritmo que se demanda, es decir, entra el agua fría al sistema y, tras atravesar una zona de calentamiento, sale esa misma agua ya como ACS (≥60°C).

Es más habitual encontrarlo en consumos domésticos, como los calentadores de gas o eléctricos: el aparato detecta la apertura del grifo de caliente y activa al máximo los quemadores/calentadores para que en el recorrido interno del agua salga ya suficientemente calentada.

En cambio, en grandes edificios es poco frecuente, al menos como sistema principal de producción de ACS. En alojamientos de pocas habitaciones donde una instalación por acumulación no tiene cabida, tiene más implantación.

Tienen la gran ventaja de evitar la proliferación de la Legionella gracias a ese calentamiento muy rápido en un circuito de muy poca longitud.

Pero en cambio, es muy limitado para atender altos consumos puntuales de ACS, salvo que tenga un diseño muy sobredimensionado y por ello gaste una gran cantidad de energía.

Sistema por Semi-acumulación

Es un sistema que cuando hay demanda de ACS, a la vez lo produce y lo almacena pero en mucha menor cantidad que en el caso del sistema por acumulación «pura».

Por tanto, por un lado, tiene los inconvenientes del sistema por acumulación «pura» (cantidades de agua que fácilmente pueden estar a “temperatura Legionella <50°C”) y del sistema instantáneo puro (grandes consumos energéticos y debilidad ante repetidas puntas de demanda).

Tiene ventajas en pequeños alojamientos de pocas plantas, donde se instala en cada una dellas, un sistema así: con poco tamaño ofrece cierta cantidad de ACS ya almacenada para atender cierta sobre-demanda muy puntual.

Sistema Semi-Instantáneo

Las principales diferencias entre este sistema y el resto son:

Al ser este un circuito cerrado no hay aportación (teóricamente) de nueva agua, ésta agua se “pasiva” (ausencia de oxígeno) y no provoca corrosiones/oxidaciones.Por otro lado, gracias a la alta temperatura de esta “agua de caldera” impide la presencia de cualquier patógeno.

Como la cantidad de agua acumulada necesaria es relativamente pequeña, el equipo es de bastante menor tamaño y peso que los de “por acumulación pura” pero a su vez, garantiza suficiente inercia térmica para dar buen servicio ante puntas de demanda de ACS.

  • El ACS circula constantemente no solo por el “circuito de servicio” que es a su vez el circuito secundario, sino también por el equipo.

Sumergido en “agua de primario” el equipo tiene un serpentín corrugado. El agua por su interior pasa en pocos segundos de ser menos caliente (mezcla de agua de retorno de ACS con el agua fría (*) [nota: Agua Fría para Consumo Humano;(AFCH); ≤20°C]) a ser ACS (≥60°C) con total garantía sanitaria y sin restos (flujo turbulento).

Además de estas ventajas (menor tamaño y peso, buena inercia térmica, seguridad sanitaria) hay que añadir que elimina varios elementos del habitual sistema por acumulación: Ni intercambiador de placas ni bombas de secundario ni de homogeneización.

Y además, como el intercambio de calor de primario a secundario es mucho más eficiente, requiere menor consumo energético del generador de calor para la mayor parte de los niveles de demanda: En vez de poner la caldera a los típicos 75°C se puede lograr con 63-65°C la correctos 60°C del ACS.

¿Cuál es la temperatura ideal del ACS?

Hay que contemplar dos tipos de rango de temperatura del “Agua Caliente Sanitaria” (ACS):

Temperatura de producción del ACS

Debe respetar una normativa (Borrador RD…/2021) para protegerse ante la Legionella.

  • Tras producirla, tanto si se acumula como si no, debe estar justo antes de impulsarla a la red de distribución como mínimo a 60ºC.
  • En el punto más desfavorable de dicha distribución hacia usuarios o en el circuito de retorno hacia la sala de calderas, nunca debe estar por debajo de 50ºC.
  • Por mantenimiento preventivo se realiza periódicamente en la instalación una desinfección térmica (pasteurización). Este procedimiento requiere impulsarla como mínimo a 70ºC.

Temperatura de confort del ACS

Una vez que el ACS producido llega JUSTO a la entrada de los puntos terminales o de consumo, se consigue la temperatura deseada templándola en grifos mezcladores (termostáticos o manuales) con agua fría.

Para dicho confort térmico, una opinión bastante extendida es que son beneficiosas las duchas con agua templada incluso en verano en climas ya de por sí cálidos.

Se aconseja sean en torno a los 30°C-35°C ya que tanto las duchas frescas (<25°C) en verano como las calientes (>38°C) en invierno provocan un efecto contrario al que se pretendía conseguir por el contraste térmico entre agua y calor corporal.

En primer lugar, tiene que cumplir unos requisitos sanitarios (Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero) para que sea segura para consumo humano en su composición.
Y en segundo lugar, debe cumplir otra normativa adicional (Borrador RD…/2021) para impedir la proliferación de Legionella manteniéndola por encima de 50ºC si circula y de 60ºC si está acumulada.

¿Cómo regular el ACS para igualar la temperatura entre ramales del circuito?

equilibrado hidraulico

En la mayoría de instalaciones de producción de “Agua Caliente Sanitaria” (ACS) para grandes demandas, las tuberías del circuito de servicio que lleva el ACS a las duchas, grifos, etc. hacen varios recorridos (ramales) diferentes de ida y vuelta (en anillo).

Habrá un anillo, como mínimo, para cada planta. El agua va a tender a circular más fácilmente (más caudal) cuanto más cercana esté una planta (menos pérdida de carga) de la sala de calderas.

Dentro de unos límites razonables, a más caudal (más velocidad de paso), en un ramal del anillo menos tiempo le da a perder calor (más caudal = más temperatura).

Como antes se ha visto relacionando el caudal con la pérdida de carga (más caudal = menos pérdida de carga), se puede concluir que: menos pérdida de carga = más temperatura.

Es por esta correlación pérdida de carga <-> temperatura que se suele recurrir al equilibrado de cargas, para asemejar las temperaturas entre todos los ramales del circuito de servicio de ACS.

El equilibrado de cargas tiene más beneficios:

  • Evita funcionamientos incorrectos y desgastes innecesarios de los elementos de cada ramal.
  • Dificulta la proliferación de Legionella ya que se debe conseguir mantener los ramales más alejados siempre por encima de 50°C (borrador RD…/2021; Anexo III–Parte A-7-f).

Por ello hay que evitar a toda costa los temibles “ramales perdidos”: ¡estancamiento = infección asegurada!

Existen tres modos de equilibrado:

a) Equilibrado natural

Se trazan los recorridos de las tuberías de tal modo que las distancias de cada ramal, desde el punto de impulsión (sala de calderas), es muy similar y por tanto, también son casi iguales los caudales entre ellos. Se suele conseguir aplicando el “retorno invertido”.

b) Equilibrado dinámico

También conocido como “equilibrado automático” se consigue intercalando “válvulas de equilibrado dinámico”, como mínimo, en cada ramal a equilibrar. Éstas contienen un mecanismo que ajusta en todo momento su “pérdida de carga” al caudal que en ellas se consigna y que, a su vez, debiera ser el óptimo para el funcionamiento de todo el sistema.

c) Equilibrado estático

Es un método habitual, aunque reiterativo, en el que se usan “válvulas de equilibrado estático” en cada ramal o tramo a equilibrar.

Consiste en variar manualmente las “pérdidas de carga” de cada válvula (regulando su apertura con la escala numérica de su mando) para ir equilibrando los caudales de cada ramal de forma que al final sean aproximadamente iguales en un ±5% respecto del volumen total contenido en ellos.

Como la regulación en sólo una de las válvulas modifica los caudales del resto de ramales del circuito, requiere reiterativos ajustes en las válvulas ya reguladas.

Se puede aplicar una metodología basada más en la experiencia del técnico que en cálculos de ingeniería o software, de modo que según se va regulando cada válvula se registran aperturas y lecturas de caudal (gracias a sus tomas de presión accesibles):

 

  1. Todas las válvulas abiertas al máximo.

Posicionar el mando de cada válvula en la “vuelta 4.0” que corresponde a la apertura máxima.

  • Aunque se pueden dar más vueltas (>4) al mando, ya no abre más el paso por ella.
  • A su vez, tienen que estar al máximo del régimen esperable las bombas intercaladas en ese circuito.
  • Recorridas todas las válvulas y sumados sus caudales iniciales, se calcula el promedio de caudal que es el que hay que tender a conseguir al final del proceso de equilibrado.

2. Disminución de apertura por igual en las válvulas con caudales semejantes.

Tras el paso anterior suele haber ramales con caudales extremos, desde nulos a demasiado altos respecto a la mayoría.

  • En el resto de válvulas, se disminuye la apertura seleccionando la misma para todas… ¿En cuáles y a qué valor?… Por “experiencia” procurando no añadir pérdidas de carga innecesarias.
  • Supongamos que las tabulamos a “3.5 vueltas”. Se vuelven a tomar los pares de valores “apertura-caudal” en cada válvula.
  • Es de esperar que los ramales “dóciles” seguirán teniendo caudales parecidos pero menores y los “rebeldes” mayores.

3. Mayor cierre de apertura en las válvulas con caudales demasiado altos.

En estos ramales “rebeldes” por exceso se selecciona una apertura igual para ellos pero menor que la del “paso 2”.

Supongamos que se dejan a “3.2 vueltas”.

Tomados de nuevo los pares “apertura-caudal” de cada válvula, lo lógico es que habrán aumentado algo más los caudales en los ramales “dóciles” y en medida semejante; y los “rebeldes”, estarán más próximos al que se pretende final, por encima los de por exceso y por debajo los de por defecto.

4. Reajuste de apertura de las válvulas con caudales parecidos.

En función de los valores de caudal de la última tanda de medición y del modo en que han influido en los ramales “dóciles” (manteniendo o no la homogeneidad inicial) los sucesivos cambios en la apertura de todas las válvulas, se consigna con un valor mayor o menor de apertura que en el “paso 2” a todas o algunas de esas válvulas de ramales “dóciles”.

Supongamos que casi todas esas válvulas las dejamos en “3.4 vueltas” y una de ellas (porque sube algo más que la demás de ese +5%) la tabulamos en “3.35 vueltas”.

Vuelta a medir pares “apertura-caudal” de cada válvula nos encontraremos los ramales “dóciles” mucho más próximos al objetivo y los “rebeldes” a falta de un toque para que entren en ese ±5%.

5. Reajuste de apertura de las válvulas con caudales por exceso.

Tras el paso anterior probablemente sólo habrá que reducir la apertura de algunas de esas válvulas.

Supongamos que a la mitad de esas que más se excede las ponemos con “3.15 vueltas” y al resto las dejamos con las “3.2 vueltas” del paso 3.

Si volvemos a registrar todos los pares “apertura-caudal”, probablemente las válvulas de los ramales inicialmente “rebeldes” (tanto por exceso como por defecto) junto a las de los “dóciles” ya estén dentro del pretendido ±5%.

Si no es el caso, con diferentes aperturas reconsiderar el “paso 3” y/o repetir los “pasos 4 y 5”.

6. Comprobar el equilibrado a régimen mínimo de bombeo.

Ahora bajamos al mínimo aceptable (20%-30%) el régimen de las bombas que intervienen en los ramales que acabamos de equilibrar.

Si se ha realizado correctamente el equilibrado, las lecturas de caudales de todas las válvulas reguladas deben mantenerse entre ellas similares pero reducidas todas en una proporción parecida a lo que se ha minorado el bombeo.

¿Cómo se calienta el ACS?

El ACS (Agua Caliente Sanitaria) se calienta gracias al generador de calor, bien directamente o mediante un “intercambio de calor” entre dos circuitos, cuyas aguas no se mezclan.

En las instalaciones domésticas (acumulación < 750L), es habitual que el calentamiento directo del ACS ya sea instantáneo (calentadores a gas o eléctricos) o con acumulación (termo-acumuladores eléctricos).

En mayores demandas de ACS (hoteles, residencias, hospitales, etc.) se suele hacer mediante un intercambiador térmico:

Por su lado “más caliente” circula el agua calentada por el generador de calor (“agua de caldera” del circuito primario) cediendo así calor al lado “menos caliente”, al agua del circuito secundario y que en algún punto de su recorrido se impulsa al “circuito de servicio” ya como ACS.

Nos encontramos fundamentalmente tres tipos de intercambiador:

Intercambiadores de placas

Son chapas superpuestas en las que, alternativamente, por una cara circula el “agua de caldera” y por la otra el agua destinada a ser ACS.

Al ser elementos externos al equipo principal se pierde una parte considerable del calor generado.

En el modo más generalizado de producción de ACS, los sistemas por acumulación, dicho equipo de acumulación es el “Acumulador o Depósito de ACS”.

Conductos calentadores

Estos conductos (tuberías o serpentines) están sumergidos en el agua acumulada destinada a ser ACS a la cual, transmiten su calor al circular por su interior el “agua de caldera”.

Aunque no tienen pérdidas térmicas al aire, el consumo del generador de calor es muy grande para conseguir que el ACS acumulado no presente excesiva estratificación (capas de agua a diferentes temperaturas).

Están presentes en una variante de los sistemas de producción de ACS por semi-acumulación, donde al equipo de acumulación se le conoce por “Interacumulador”.

Intercambiador semi-instantáneo

Son uno o más serpentines en el interior del equipo de acumulación pero la gran diferencia es que están sumergidos en el “agua de caldera” (agua de primario) de modo que el agua de secundario que entra en ellos sale como ACS casi instantáneamente tras recorrerlos.

De esta manera no sólo es total la transmisión de calor al agua del circuito secundario, sino que además no hay riesgo ni de sedimentos (calcáreos, biológicos, etc.), al estar en constante movimiento, ni de proliferación de Legionella, al recuperar la “temperatura ACS” (≥60°C) muy rápidamente.

Este modo de transmisión térmica pertenece al sistema de producción de ACS semi-instantáneo.

Junto con las antes mencionadas ventajas, tiene buena respuesta a puntas frecuentes de demanda de ACS gracias al calor disponible en el volumen de agua de primario contenida en el equipo.

Regresando a los “Generadores de calor”, éstos funcionan con energías:

1. No renovables

Son las “calderas” que usan combustibles de origen fósil, siendo los más frecuentes gas y gasoleo.

Afortunadamente las calderas con combustible sólido de origen fósil (carbón) quedaron definitivamente prohibidas en el 2021 (Real Decreto 178/2021, de 23 de marzo; IT 1.2.4.7.4)

2. Renovables

En ACS la más extendida es la “energía solar térmica”: placas con conductos que albergan el fluido calo-portador y que es calentado por la radiación solar.

Dicho fluido, inyectado al circuito primario, se suele usar como pre-calentamiento del proveniente de caldera; aunque en épocas de fuerte radiación solar en una instalación de alta eficiencia, puede llegar a ser el único necesario para garantizar la “temperatura ACS” bajo demanda habitual.
Además, existen las “energías residuales” (también promovidas en el RITE 2021), siendo las más usada la “energía aerotérmica” (también llamada “energía ambiente o aerotérmica”).
La aerotermia aprovecha el aire caliente que expulsan los equipos de AACC con “bomba de calor” para pre-calentar el fluido calo-portador de primario.
Aunque estos equipos consumen energía eléctrica para su funcionamiento, se consideran “procedentes de fuentes renovables” (Directiva Europea 2009/28/CE-23abr) cuando su “Coeficiente de rendimiento”, COP ≥ 4,5 (450%).
Adecuadamente combinada la aerotermia con renovables (solar térmica, eléctrica fotovoltaica, etc.) u otras “pseudo-residuales” (geotérmica, biomasa, biogás, etc.) se puede conseguir producir ACS con escaso o nulo consumo de energías NO renovables.
¿Cómo funciona el circuito de una instalación de agua caliente sanitaria?
circuito con retorno Hydronik
En instalaciones domésticas (acumulación < 750L) de “Agua Caliente Sanitaria” (ACS) lo frecuente es un único circuito y sólo de impulsión donde se calienta el agua fría para que alcance la temperatura segura (>50ºC circulante y ≥60ºC acumulada) del ACS.
Los equipos para dicho calentamiento o son instantáneos (calentadores a gas, etc.) o son con acumulación (termos eléctricos, etc.).
Es justo en los puntos de uso (grifos, duchas, etc.) donde se atempera con agua fría a temperaturas de confort (rango normal 25ºC-38ºC; óptimo 30ºC-35ºC).
En el resto de instalaciones (hoteles, hospitales, residencias, etc.), donde hay fuerte y rápida demanda de ACS, se recurre mínimo a dos circuitos, primario y secundario, ambos de ida y vuelta (impulsión y retorno) para conseguir en su recorrido el mínimo descenso de temperatura del fluido que contienen.
En primario (circuito cerrado) está el fluido calo-portador que se calienta con uno o diferentes “generadores de calor”.
Parte de la temperatura que alcanza esta agua se transmite con un intercambiador térmico al circuito secundario.
Es un circuito cerrado ya que su agua discurre en anillo entre el generador y el intercambiador, sin necesidad de añadir más líquido desde la puesta en marcha de la instalación (teóricamente)… en la práctica, excepto puntualmente por pequeñas pérdidas o en exceso si se realiza un incorrecto mantenimiento.

En secundario (circuito abierto) discurre el agua que por intercambio térmico con el primario, pero sin mezclarse, alcanza la suficiente temperatura (≥60°C) para ser otra vez impulsada como ACS con garantía sanitaria.

Es un circuito abierto ya que se necesita incorporar agua fría en la misma cantidad que se consume ACS más la que se pierda en su distribución.

Gracias a su circuito de retorno (de vuelta) en los puntos de consumo está disponible en segundos la temperatura segura de ACS con el mínimo consumo del generador de calor (caldera, solar térmica, aerotermia, etc.)

FAQs Mantenimiento ACS

¿Sobre qué aparatos hacer el mantenimiento del ACS?

Todo sistema de producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) necesita de mantenimiento, según normativas, no sólo para asegurar su correcto funcionamiento, sino también para garantizar su salubridad tanto en su composición química como ante patógenos, especialmente la Legionella.

Suponiendo que toda la potencia calorífica nominal del sistema es exclusivamente para la producción de ACS (no contemplamos los sistemas mixtos de ACS + calefacción) así debe ser su mantenimiento:

Menos de 5kW térmicos

Aquí entran los termo-acumuladores de hasta unos 100L o los calentadores domésticos.

Como no quedan bajo la normativa RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios), su mantenimiento queda únicamente bajo la observancia del usuario o titular de la instalación.

En el caso de los calentadores a gas, debe solicitar máximo cada 5 años (Real Decreto 919/2006, de 28 de Julio) una revisión/sustitución a un servicio de asistencia técnica autorizado de su circuito de gas (quemador, goma, regulador, etc.).

Y en ambos casos, le conviene vigilar síntomas de corrosión (agua rojiza, sutiles goteos, etc.) y ejecutar las reparaciones/sustituciones oportunas de su circuito hidráulico por dicha persona misma o por profesional competente.

Desde 5kW hasta 70kW térmicos

En esta categoría se pueden incluir desde los termo-acumuladores “domésticos” de media a gran capacidad (150L-750L) hasta instalaciones de ACS de pequeños alojamientos o similar.

Las potencias de este rango ya quedan bajo la normativa RITE antes mencionada. Su mantenimiento debe realizarlo una empresa mantenedora habilitada de acuerdo a las instrucciones del Manual de Uso y Mantenimiento de la instalación.

Más de 70kW térmicos

Las instalaciones incluidas en esta categoría son las que se encuentran en edificios de media y gran demanda de ACS (hoteles, residencias, hospitales, etc.).

Nos centraremos en aquellas que utilizan el más habitual sistema de producción de ACS, los “Sistemas por acumulación” que están basados en guardar esta agua en grandes depósitos y que previamente la calientan únicamente con caldera (gas o gasóleo), sin ningún otro tipo de energía alternativa.

Así los equipos y sus partes a revisar son:

1. Caldera

Suelen usarse “calderas de condensación” por alcanzar la mayor eficiencia y menor expulsión de dióxidos de carbono (CO2) mientras calienten el agua no más de 65ºC.
Se aconseja lo siguiente:

  • Por existir combustión en ellas, requiere revisar su “circuito de humos” en cuanto a estanqueidad y continuidad, además de limpiarlo de carbonilla y mugres varias.
  • Parte capital es su “quemador” del que hay que asegurar la correcta mezcla aire-combustible y su regulación (por etapas o modulante) que facilite el ahorro pretendido.
  • Entre las cámaras de combustión y caldera debe existir una perfecta estanqueidad.
  • Liberar de posibles obstrucciones el “circuito de condensados”.
  • Comprobar el adecuado funcionamiento de sus controles (Set Point, Intervalos de etapas o modulación, etc.)

2. Intercambiador de placas

Es el equipo encargado de transmitir el calor del “agua de caldera” (circuito primario) al agua que será ACS.

Para cumplir con la normativa, el ACS siempre debe circular mientras recorre el “circuito secundario” y el de distribución, nunca bajar de 50ºC y lanzarse desde el último depósito de acumulación a un mínimo a 60ºC.

Se compone de chapas superpuestas, con canales en ambas caras. El «agua de caldera» circula alternativamente por todas ellas por una cara y el “agua de secundario” por la otra.

Se aconseja lo siguiente:

  • Como la distancia entre placas es mínima para maximizar la transferencia calorífica (rendimiento ≥ 80%), las incrustaciones (cal, restos de oxidación, etc.) son su “talón de Aquiles”. Por tanto requieren de un cuidadoso desmontaje e impoluta limpieza con cierta frecuencia.
  • Los dos circuitos hidráulicos entre placas se forman con juegos de juntas exclusivos para cada modelo que a los pocos años las marcas los descatalogan.
  • Aún en el caso de que se puedan reponer las juntas necesarias para evitar comprar un carísimo equipo nuevo, el montaje de las placas requieren, por sus pequeñas tolerancias, de utensilios precisos manejados por expertos.

3. Acumulador

Es el depósito habitualmente grande (≥2000L) que guarda el agua calentada.

En él suele entrar una mezcla de aguas a diferentes temperaturas: desde el agua fría (<20°C) para reponer la consumida, pasando por las intermedias del agua de retorno (≥50°C) y del ACS homogeneizada entre acumuladores (≥60°C), hasta la más alta (>65°C) del “circuito secundario” al calentarse por atravesar el “intercambiador de placas”.

Del último acumulador hacia distribución debe salir impulsada el ACS (≥60°C)

Se aconseja lo siguiente:

  • Al formar parte de un circuito abierto al haber aportación de agua fría, siempre hay procesos oxidativos que corroen sus paredes internas: Empiezan por leves coloraciones rojizas y pueden llegar al temible “pitting” (corrosión por picadura) que perforan la capa metálica de adentro a afuera.

La única forma de RETRASAR sus efectos es utilizar en el equipo procedimientos que los neutralizan en cierta medida. El más habitual es la protección catódica mediante “corriente eléctrica forzada” que aleja de las paredes los átomos activos del agua clorada causantes de dicha corrosión.

La primera comprobación es asegurarse de la correcta polaridad, conexionado y buen funcionamiento de dicho circuito de “corriente forzada”.

  • Para garantizar la salubridad del ACS acumulada hay que cerciorarse que toda ella permanezca >50°C, especialmente en los rincones (encuentro de la pared vertical o virola con los fondos y otros cordones de soldadura interna) y que se impulse hacia distribución ≥60°C.
  • Donde hay estancamiento de agua tiende a crearse una biopelícula (algas y otros organismos) además del agrupamiento de sales (cal, etc.) precipitándose todo en el fondo inferior.

La frecuente purga de lodos para eliminarlo hace que se deseche agua calentada y por tanto, se pierda no sólo litros de agua sino también su correspondiente energía térmica.

  • Con una frecuencia estipulada por normativa, si la autoridad sanitaria no suspende antes la instalación por detección de Legionella, se hace imprescindible vaciar el acumulador para su limpieza y desinfección.

Ésta será preferentemente térmica llamada “pasteurización” (requiere ≥70°C) en vez de la química (usando productos clorados).

Es esperable encontrarse la pared interna tan afectada de corrosión que, aunque inicialmente fuera vitrificada o llevara otro tipo de capa protectora, estaría desconchada, se verían chorretones óxidos saliendo de perforaciones por pitting, etc.
En estos casos o bien se decide sustituirlo por un nuevo acumulador o bien, se trata de estirar un poco más su vida útil aplicándole un “recubrimiento interno”.

4. Bombas entre elementos

Son los elementos que ayudan el movimiento del agua entre el resto de equipos.

En este sistema de producción por acumulación son necesarias, según su finalidad, las siguientes:

a) Bomba de primario

Ubicada entre la Caldera y el “circuito caliente” (por donde circula el “agua de caldera”) del Intercambiador de placas.
Hay una por cada intercambiador.
Procura que el “circuito caliente” del intercambiador se mantenga a la temperatura “Set Point” de la caldera, que suele rondar los 75ºC-78ºC.

b) Bomba de secundario

Ubicada entre el “circuito frío” del intercambiador de placas y el agua recirculada desde acumuladores.

Hay una por cada intercambiador.

Al pasar por el intercambiador recupera temperatura hasta unos 65ºC-68ºC de modo que, aunque se mezcla con agua de retorno más la adición necesaria de agua fría, entra agua al acumulador a unos 63ºC-66ºC.

c) Bombas de homogeneización

Ubicadas entre el agua acumulada “más caliente” de un acumulador y la “menos caliente” del siguiente.

Hay una por cada acumulador.

Su función es la de tratar de mantener una misma “temperatura ACS” (≥60°C) entre acumuladores para que, tanto se instalen en serie o en paralelo, actúen como un único acumulador.

d) Bomba de retorno

Ubicada entre el final del “circuito de retorno” y el encuentro con la entrada de agua fría.

Hay una por cada “circuito de retorno”.

Devuelve el ACS no consumida para que con el juego de mezclas a diferentes temperaturas, se pueda lanzar de nuevo a “temperatura ACS” (≥60°C).

Común a todas ellas, se debe tener los siguientes cuidados:

  • Al tratarse de un fluido caliente que acelera su desgaste, procurar instalarlas en los tramos “menos calientes” de cada circuito correspondiente, salvo que, en ese tramo esté funcionando en “modo aspiración” muy cercano a su límite para vencer pérdida la carga.

Si es el caso, pero hay otro tramo “más caliente” todavía cercano a su “límite térmico” (normalmente hasta 70ºC) pero sí dentro de “curva de carga” de diseño, será preferible hacerla funcionar en “modo impulsión” que suelen ser más eficientes.

  • Limpiarlas con cierta frecuencia para retirar incrustaciones y eliminar rozamientos para liberarlas de posibles atascos futuros.
  • Las que lo permitan, ajustar su regulación (por caudal o por temperatura) para que responda lo más exactamente posible a la demanda real.

Hasta aquí los aparatos que necesitan ciertos cuidados en una instalación de producción de ACS por acumulación, además del resto de condiciones más habituales.

¿Pero en todos los sistemas para ACS hay revisar lo mismo? No.

En algunos sistemas “Semi-Instantáneos”, como el IHI de Hydronik, al no existir tantos aparatos el mantenimiento es mucho más fácil. Sólo hay que revisar:

  • Caldera: mismas revisiones.
  • Elemento de acumulación: Como el “agua de primario” pasiviza la acumulación (no puede haber corrosiones) y el “agua de secundario” siempre está en ágil movimiento a temperatura ACS (no puede haber incrustaciones, ni biopelícula, ni riesgo de Legionella) su mantenimiento es casi nulo.
  • Bombas de primario y retorno: Las únicas funciones (ni de secundario, ni de homogeneización) que son precisamente las más fáciles de mantener en estado óptimo, prescindiendo así de las de secundario y de las de homogeneización.
¿Con qué frecuencia hay que revisar los aparatos de una instalación de ACS?

En las instalaciones para producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS)  domésticas (hasta 750L) y en las “no domésticas” de pequeña potencia térmica nominal (5kW-70kW), la periodicidad de las revisiones del circuito estrictamente hidráulico o bien son aconsejadas según el “Manual de usuario” (domésticas) o bien, obligadas en el “Manual de Uso y Mantenimiento de la Instalación” (5kW-70kW).

En el resto de instalaciones de mediano y gran consumo de ACS (potencia térmica nominal >70kW), es la normativa RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) quien determina la periodicidad de las revisiones.

Por simplificar entre las mayores de 70kW térmicos nominales, nos centraremos en el tipo de instalación más habitual, en los “Sistemas por acumulación” que sean exclusivos para la producción de ACS (no mixtos ACS + Calefacción).

Tras la primera revisión que será al principio de cada temporada o año, la periodicidad del resto de revisiones en los equipos es:

Equipo Periodicidad Tarea
Caldera Mensual Limpiar el quemador.
Comprobar estanqueidad entre cámaras de combustión y caldera.
En las calderas de condensación, liberar de posibles obstrucciones el “circuito de condensados”
Comprobar funcionamiento de sus controles (Set Point, etc.).
2 veces por temporada/año Comprobar y limpiar del circuito de humos.
Intercambiador de placas 1 vez por temporada/año Revisión de su funcionamiento (rendimiento ≥80%)
1 vez cada 2-5 años Desmontaje/Montaje para limpieza a fondo de incrustaciones y sustitución, si todavía se comercializan, de las juntas desgastadas.
Acumulador Diaria Comprobar en la parte menos caliente del acumulador final que la temperatura del agua alcanza al menos 60ºC.
Semanal Purga de lodos y otras precipitaciones del fondo inferior.
Semanal También purgar los vasos de expansión a él conectados por los ramales ciegos que tienen.
Mensual Revisar conexionado, polaridad y correcto funcionamiento de la protección catódica por “corriente forzada”.
Trimestral Revisar su estado de conservación, efectuar limpieza y someter a desinfección térmica (pasteurización >70ºC) junto con el resto del circuito de servicio.
Anual Vaciar para comprobar el estado de sus paredes y soldaduras internas.
Si es necesario y más rentable que sustituirlo por uno nuevo, someter a un recubrimiento interno (aguantan máximo unos dos años).
Analizar en su agua y en el resto de circuito de servicio presencia de Legionella y otros patógenos o partículas que la hagan no apta como Agua para Consumo Humano.
Bombas entre elementos Mensual Limpiar de posibles atascos o rozamientos.
Regular su potencia para que responda (por caudal o por temperatura) lo más exactamente posible a la demanda real.
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¿Qué dice la normativa sobre el mantenimiento de ACS?

La normativa más estricta está dirigida a medianas y grandes demandas de ACS (Agua Caliente Sanitaria) (hoteles, hospitales, residencias, etc.) cuya potencia nominal instalada es mayor de 70kW.

De éstas, el modo de producción de ACS más habitual son los “Sistemas Acumulados”. Nos centraremos en las que exclusivamente se usan para el ACS (NO mixtas calefacción + ACS).

La vigente normativa más específica al respecto, el “Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios” (RITE incluido como anexo en el Real Decreto 1027/2007, de 20 de Julio) incide en el uso de energías renovables y residuales para el “generador de calor. A pesar de esto, las obviaremos centrándonos en el mantenimiento de instalaciones con la clásica caldera (de gas o gasóleo).

En la producción de ACS, lo más delicado es garantizar su salubridad evitando la proliferación de la Legionella. Esto se recoge ya en un Borrador RD…/2021 destinado a actualizar el Real Decreto 865/2003, de 4 de Julio que lo trata junto con otras instalaciones en las que puede proliferar.

Existen otros patógenos además de la Legionella y partículas disueltas en el agua, cuya calidad debe cumplir los criterios sanitarios especificados en el Real Decreto 140/2003, de 7 de Febrero.

Recordando a qué tipo de instalaciones de producción de ACS nos referimos (Potencia nominal > 70kW, NO mixta, sistema acumulado, sólo caldera), las diferentes normativas indican para su mantenimiento lo siguiente:

Normativa RITE

Las operaciones de mantenimiento preventivo y su periodicidad se indican en su “IT 3.3-tabla 3.3”.

Ordenado de mayor a menor frecuencia, entendiendo que la primera intervención siempre es al principio de la temporada o año:

Mensual Limpieza del quemador de la caldera.
Revisión del vaso de expansión.
Comprobación de estanquidad de cierre entre quemador y caldera.
Revisión de los sistemas de tratamiento de agua.
Comprobación de niveles de agua en circuitos.
Comprobación de tarado de elementos de seguridad.
Comprobación de tarado de elementos de seguridad Revisión de bombas y ventiladores.
Revisión del sistema de preparación de agua caliente sanitaria.
Dos veces por temporada (mínimo tras 2 meses, la 2ª a mitad de temporada) Comprobación y limpieza, si procede, de circuito de humos de calderas.
Comprobación de material refractario.
Comprobación de estanquidad de válvulas de interceptación.
Revisión y limpieza de filtros de agua.
Revisión y limpieza de filtros de agua. Revisión del sistema de control automático.
Una vez por temporada Revisión general de calderas de gas y gasóleo.
Comprobación de estanquidad de circuitos de tuberías.
Revisión de baterías de intercambio térmico.
Revisión del estado del aislamiento térmico, especialmente en las instalaciones ubicadas a la intemperie.
Revisión de la calidad ambiental según criterios de la norma UNE 171330.

 

Normativa Prevención legionelosis

Como el Borrador RD…/2021 pretende adaptarse a una normativa de ámbito europeo más estricta y en vistas a una mayor seguridad sanitaria, vamos a dar por sentadas las frecuencias y puntos de revisión que en él se contemplan a pesar de no estar todavía vigente.

Los protocolos de actuación en instalaciones de ACS se indican en varios de sus anexos, correspondiendo a cada una de las tres finalidades:

Discrecional Limpiar suciedad, incrustaciones, sedimentos, productos de corrosión, lodos o algas.
Revisar el estado de cualquier circunstancia que altere o pueda alterar el buen funcionamiento de la instalación.
Diaria Comprobar en depósitos finales de acumulación que temperatura ≥60°C.
Comprobar en “circuito de retorno” que la temperatura sea ≥50°C.
Semanal Abrir unos minutos los grifos y duchas (terminales) de las estancias con poco uso.
Purgar el fondo de acumuladores.
Mensual Limpiar y desinfectar los difusores de grifos y duchas (terminales) de forma rotatoria para que cada año todos queden higienizados.
Comprobar que, en grifos y duchas (terminales) en una cantidad representativa, de forma rotatoria para que cada año todos queden comprobados e incluyendo los más cercanos y alejados de los acumuladores, la temperatura que se alcance en menos de un minuto sea ≥50°C. Esta temperatura se toma con el dispositivo mezclador del terminal en posición de máxima temperatura posible (sólo agua caliente).
Eliminar sedimentos a través de las válvulas de drenaje de las tuberías.
Trimestral Revisar conservación y limpieza de los depósitos acumuladores.
Anual Limpiar y desinfectar todos los elementos desmontables (grifos y duchas).

Revisión y Limpieza + Desinfección (L+D) preventiva (Anexo IV: Partes A, A.1, A.4, A.5 y A.6)

Además de la periodicidad mínima ANUAL de limpieza del circuito de ACS, se deberá realizar en estas circunstancias:

  • Primera puesta en marcha de la instalación. 
  • Tras una parada superior a 15 días, salvo que la autoridad sanitaria determine un periodo diferente.
  • Tras una reparación o modificación estructural.
  • Tras una revisión general que así lo aconseje.
  • Lo determine la autoridad sanitaria.
Se debe realizar una analítica de “Legionella spp” entre 15 y 30 días después de la limpieza y desinfección de un depósito acumulador.
La desinfección puede ser química por cloro o térmica cuyos respectivos procedimientos se describen en la norma. La térmica es preferible. Se basa en una pasteurización (≥70°C) de modo que se asegure una temperatura mínima (≥60°C) en todos los puntos terminales para exterminar la posible presencia de Legionella.
Esta norma también especifica cada paso a seguir para una “L+D preventiva” en varios puntos de la instalación. Así:
  • L+D preventiva de acumuladores de ACS: ver Parte A.4 del Anexo IV.
  • L+D preventiva de la red de ACS: ver Parte A.5 del Anexo IV.
  • Desinfección térmica del circuito de ACS: ver Parte A.6 del Anexo IV

Medidas correctoras por presencia de Legionella sin afectados (Anexo V; parte B.1)

Para esta finalidad el protocolo a seguir es en función del recuento de “Legionella spp” presente en el agua tras su analítica en un muestreo por diferentes puntos de la instalación.

Estos protocolos están recogidos en el “Plan de Prevención y Control de Legionella” (PPCL) diseñado específicamente para cada instalación y de acuerdo a normativa.
Dicho recuento se mide en “Unidades Formadoras de Colonias por Litro” (UFC/L) de agua analizada.
Estos son los protocolos según normativa en función del nivel de Legionella spp detectada tras un muestreo:
Entre algo (>0 UFC/L) y hasta 1.000 UFC/L Si en menos del 30% de las muestras se detecta este nivel o si una única muestra presenta >1000 UFC/L Revisar el PPCL para identificar las medidas correctoras necesarias.
Realizar una Limpieza + Desinfección (L+D) sólo del tramo de tubería o terminales implicados.
Realizar una nueva toma de muestras y su correspondiente analítica entre 15 y 30 días después del anterior punto.
Si en más del 30% de las muestra se detecta este nivel Revisar inmediatamente el PPCL para identificar otras acciones correctoras más exigentes.
Realizar una L+D preventiva extra de la instalación según normativa.
Realizar una nueva toma de muestras y su correspondiente analítica entre 15 y 30 días después del anterior punto.
Más de 1.000 UFC/L: Revisar inmediatamente el PPCL para identificar otras acciones correctoras más exigentes.
Realizar la L+D necesaria “ante la presencia de casos o brotes” (ver siguiente finalidad: “Medidas ante la presencia de casos o brotes”).
Realizar una nueva toma de muestras y su correspondiente analítica entre 15 y 30 días después del anterior punto.
Mientras en la analítica del punto anterior más del 30% de las muestras sigan dando de recuento >1.000 UFC/L, seguir repitiendo los puntos 2(b) y 3(c) anteriores.
Medidas ante la presencia de casos o brotes (Anexo IX; epígrafe I y partes A.2 y A.3)
Nunca iniciar estos protocolos, por casos de legionelosis, sin el conocimiento previo de la autoridad sanitaria competente para no enmascarar el posible foco de infección en una determinada instalación.
Antes de desinfectar, siempre limpieza exhaustiva y posterior recogida de muestras para su analítica.

La desinfección se realizará aunque el recuento de Legionella spp en la analítica anterior sea nulo o no concluyente.

Para los acumuladores de ACS (Parte A.3 del Anexo IX) el tratamiento es idéntico al seguido para su L+D preventiva.

Únicamente en la red de distribución de ACS (Parte A.2 del Anexo IX) se añaden ciertos puntos que:

  • Usan el tratamiento químico (con biocidas y controlando el PH) en vez del térmico (pasteurizar a 70°C o más)
  • Indican que tras esta primera fase de “tratamiento por brote”, se realice una segunda de “tratamiento continuado” durante 3 meses en la que el ACS de todo el “circuito de servicio” siempre esté entre 55 y 60°C.

Normativa Calidad del ACH

Su “Artículo 5” nos remite a los parámetros microbiológicos y químicos (tablas A y B del Anexo I) que en la “analítica” del ACS que se realice deben respetar unos rangos en sus valores detectados.
A esto se une que, ante sospecha de productos radiactivos en el ACH, se seguirá lo explicado en su “Anexo X”.
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¿Quién se encarga del mantenimiento del ACS?

En las pequeñas instalaciones domésticas de Agua Caliente Sanitaria (ACS) a base de termo-acumulador (<100L) o de calentador instantáneo, el responsable de su mantenimiento es el usuario del equipo o el titular de la vivienda. Sólo se dispone del “Manual de Instrucciones” del equipo que aconseja los procedimientos de mantenimiento; es decir, no obliga excepto en el circuito de gas del calentador que sí queda bajo normativa (Real Decreto 919/2006, de 28 de Julio).

En instalaciones de ACS donde la potencia térmica nominal alcanza o supera los 5kW, ya pertenecen al ámbito del “Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios” (RITE) que aparece como anexo en el Real Decreto 1027/2007, de 20 de Julio.

En esta categoría entran a partir de las instalaciones “domésticas” con termo-acumuladores de entre 150L y 750L y las “no domésticas” (alojamientos, edificios públicos, etc.) más complejas.

Dicha normativa indica que:

  • En principio del mantenimiento de una instalación de ACS debe encargarse (Artículo 26.1) una empresa habilitada.
  • El titular de la instalación puede tener su propia plantilla de mantenimiento (Artículo 26.8) siempre que presente ante el órgano competente de la comunidad autónoma una “Declaración responsable” de “Cumplimiento de los requisitos exigidos” (Artículo 37) para actuar como mantenedor de sus propias instalaciones.
  • La mencionada habilitación ya será válida (Artículo 36) mostrando la “Declaración responsable” sin obligación de presentar a la vez la documentación acreditativa del “Cumplimiento de los requisitos exigidos” a los que hace referencia la declaración; pero sí, debe tenerla disponible para cuando el órgano competente de su comunidad autónoma se la requiera.

En función de la “Potencia térmica nominal” de la instalación de ACS existen pequeñas diferencias (Artículo 26.6) sobre los responsables de mantenimiento. Así:

Potencia ACS ≥5kW y ≤70kW

Cualquier empresa mantenedora habilitada siempre que siga las instrucciones del “Manual de Uso y Mantenimiento” de la instalación.

Potencia ACS >70kW y ≤5.000kW

Debe suscribir el titular de la instalación un “Contrato de mantenimiento” con una empresa habilitada; la cual, lo realizará según las instrucciones del “Manual de Uso y Mantenimiento”.

Potencia ACS >5.000kW

Por un lado, la obligación de suscribir el titular de la instalación un “Contrato de mantenimiento” con una empresa habilitada.
Por otro, que dicho mantenimiento se realice bajo un “Director de mantenimiento” el cual, será un técnico titulado competente perteneciente a la propiedad del edificio o a la plantilla de la empresa mantenedora.

 

FAQs Instalaciones de ACS

¿Qué es un sistema de ACS?

Es una instalación hidráulica para producir “Agua Caliente Sanitaria” (ACS) a partir de agua fría y destinada tanto a higiene personal (duchas, grifos, etc.) como de limpieza (lavadoras, fregaderos, etc.).

El ACS debe respetar unas normativas (temperatura, composición, etc.) que garantizan su salubridad.

Elementos de una instalación de ACS

Esquema de principio Tradicional

Nos basaremos fundamentalmente (Imagen superior) en la instalación de ACS (Agua Caliente Sanitaria) más habitual en grandes demandas (hoteles, hospitales, residencias, etc.): los sistemas producción por acumulación. Los elementos que forman este tipo de sistema de ACS los puedes ver representados en la imagen superior e iremos haciendo referencia al número señalado para cada uno de ellos.

Sus elementos básicos son:

Acometida de Agua Fría para Consumo Humano (AFCH)

Es la entrada de agua fría a la instalación de ACS proveniente de una red externa al edificio o similar.

Como también debe cumplir unos criterios de calidad (Real Decreto 140/2003, de 7 de Febrero) y térmicos, habitualmente se la somete a tratamientos y/o almacena en aljibes antes de conducirla a la instalación de ACS.

Esta acometida (Línea azul “AF”) debe de ser lo más corta posible (Borrador RD…/2021; Anexo III-A.7.h) hasta el punto de entronque con el “circuito de retorno” (Circuito naranja) para evitar la proliferación de Legionella en este tramo. Es recomendable que la temperatura del AFCH nunca supere los 20ºC.

Generador de calor

Es el equipo, comúnmente una caldera (Elemento 1), para aumentar la temperatura del agua para poder producir ACS con las exigencias de salubridad requeridas.

¿Cómo funcionan los circuitos primario y secundario de una instalación de ACS?

esquema instalaciones acs

Demanda diaria de ACS

Caudal nominal de ACS

Es el ritmo de consumo de “Agua Caliente Sanitaria” (ACS)  (L/min) que se estima en relación al diseño de la instalación.

Se calcula según normativa (HE4 del “Código Técnico de la Construcción”, CTE-DB-HE)”. Lo habitual es ajustar dicho cálculo suponiendo 60ºC, la temperatura de acumulación de ACS según otra normativa (Real Decreto 865/2003, de 4 de Julio), aunque el HE4 aporta la fórmula para otras temperaturas.

Caudal punta de ACS

Es el ritmo de consumo de ACS (L/min) durante un tiempo corto pero con demanda de ACS bastante exigente.

Como no existe norma de obligado cumplimiento para calcularlo (sólo la UNE 149201:2017 sugiere un procedimiento) una forma sencilla e incluso más cautelosa de hacerlo, es suponer que la mitad de todo el consumo nominal diario va a gastarse sólo en una hora.
De aquí que un ejemplo típico de “caudal punta” sea el de un alojamiento playero que en la misma hora casi todos los hospedados se duchan a la vez antes de una comida.

La “Potencia mínima de calderas (kW)” que precisa una instalación de ACS se calcula basándose en el “caudal punta”.

Caudal crítico de ACS

Es el ritmo de consumo de ACS (L/min) durante un breve tiempo en que la demanda estresa al máximo la instalación.

No existe norma que lo sugiera, pero se puede calcular a partir del convenio tácito por el cual la cuarta parte de todo el consumo nominal diario se gaste sólo en 15 minutos.

Se ve muy bien en un alojamiento de congresos donde, tras la última ponencia, todos los asistentes se duchan en el mismo cuarto de hora para llegar a tiempo a sus transportes.

Son unos 10-15 minutos el tiempo que un “generador de calor” tarda en volver a transmitir ese calor de forma eficaz al ACS a partir de su parada.

Se utiliza el “caudal crítico” para estimar durante cuántos minutos disponemos de ACS por encima de 50ºC ya que, por debajo de esta temperatura, hay riesgo de proliferación de Legionella cuando llegue a partes alejadas de la instalación.

Estos caudales y otros parámetros los puede calcular para su instalación en el Predimensionador de Acumulación de ACS en Hoteles de Hydronik.

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