El Instalador Incomprendido
Cuando lo lógico no vende
Siempre el mismo problema: "Esto siempre se ha hecho así"
Ser instalador en este país no es fácil.
- Sabes cómo hacer las cosas bien, pero el cliente prefiere «lo de toda la vida.»
- Explicas cómo reducir costes, mantenimiento y riesgos sanitarios, pero el jefe de compras te mira con cara de «no me compliques la vida«.
- Intentas innovar, y te dicen: «Eso nunca lo hemos instalado así, mejor ponme lo de siempre».
Y si, por desgracia, ocurre un problema con la Legionella, entonces todo el mundo se acuerda de ti.
Bienvenido a nuestra sección «El Instalador Incomprendido».
Un rinconcito donde sólo los que han peleado con acumuladores de ACS, intercambiadores y calderas en salas de máquinas imposibles entenderán lo que de verdad pasa en el día a día de una instalación térmica.
Aquí te contamos lo que los manuales técnicos no te dicen y lo que las «soluciones tradicionales» prefieren que nadie mencione.
¿Y por qué "Instalador Incomprendido"?
Porque alguien tenía que decirlo: Lo que los fabricantes tradicionales no te cuentan
¿Sigues con acumuladores gigantes porque “es lo que hay”?
Seamos sinceros. Cada vez que encajas un acumulador de 2000 litros en una sala de calderas enana, te preguntas: ¿No habrá una alternativa mejor?
La hay. Pero como los interacumuladores de siempre “funcionan”, se siguen vendiendo. ¿El problema? Nadie te cuenta lo que viene después:
- Limpiezas trimestrales por Legionella (y rezando que no haya un brote).
- Un gasto energético descomunal.
- Cambios de ánodo constantes porque el agua corroe el acumulador.
- Reemplazos casi imposibles cuando falla.
Porque nadie entiende de los sistemas semi-instantáneos (hasta que los usa)
¿Por qué seguimos acumulando agua caliente cuando podemos calentarla al instante?
Ventajas que nadie te cuenta:
- 0 acumulación = 0 Legionella.
- Menos consumo energético.
- Mantenimiento mínimo. Sin ánodos, lodos ni revisiones trimestrales.
- Más espacio libre.
- Compatible con cualquier fuente de calor.
Porque como «siempre se ha hecho así», siempre hay excusas
Aquí van las 3 respuestas estrella que te van a dar (y cómo rebatirlas):
«La producción instantánea no es fiable.»: ¿Y un tanque de 3000 litros perdiendo calor 24/7 y necesitando purgas es el colmo de la eficiencia, ¿no?
«Si fuera tan bueno, todo el mundo lo usaría.»: Como si los grandes cambios tecnológicos no tuvieran resistencia…
«Es más caro que un acumulador convencional»: Solo en el presupuesto inicial. Suma inspecciones, mantenimientos, ánodos de sacrificio, pérdidas de energía… Si en 3 años no has ahorrado dinero, te invitamos a un chuletón.
Porque te damos munición: Recursos para convencidos (y escépticos)
Si has llegado hasta aquí, es porque:
- Estás totalmente de acuerdo con lo que hemos dicho.
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Tranquilo, tenemos lo que necesitas:
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Elige tu recurso y prepárate para cambiar el juego.
Para los que piensan diferente
Si alguna vez has sentido que el ACS podría diseñarse de forma más inteligente, bienvenido. No estás solo. Es hora de dejar de instalar equipos como si estuviéramos en 1995 y de empezar a optimizar instalaciones para lo que realmente importa: eficiencia, seguridad y sentido común.
Preguntas frecuentes sobre sistemas de intercambio térmico (alternativas a acumuladores):
¿En qué consiste un sistema de intercambio térmico para ACS (producción instantánea o semi-instantánea)?
Es un sistema que calienta el agua al momento de la demanda en lugar de acumularla previamente. El agua fría entra en un intercambiador de calor (por ejemplo, un intercambiador de placas o un serpentín sumergido) y sale ya como ACS a ≥60 °C casi al instante.
A diferencia de un acumulador tradicional, no hay un gran volumen de ACS almacenada; en los sistemas semi-instantáneos se mantiene solo una pequeña reserva de agua en el circuito primario (agua de caldera), pero no se almacena agua de consumo, eliminando así puntos de estancamiento.
En la práctica, esto significa agua caliente “ilimitada” bajo demanda, aunque el sistema debe estar bien dimensionado para atender los caudales pico. Muchos sistemas instantáneos para grandes instalaciones incorporan uno o varios depósitos de inercia en el circuito primario (no en el agua sanitaria) para garantizar potencia térmica durante los picos sin sobredimensionar en exceso la caldera.
¿Cómo se garantiza el suministro en horas de máxima demanda si no hay un gran volumen acumulado?
Mediante un buen dimensionamiento y apoyo de inercia en el primario. En la práctica, estos sistemas incorporan depósitos de inercia (agua de caldera) calculados para almacenar energía suficiente que cubra los picos de consumo.
Durante la mayor parte del tiempo, la caldera/energía térmica mantiene caliente ese volumen de agua primaria, y cuando hay picos de demanda, el intercambiador transfiere rápidamente ese calor al agua de consumo. De este modo, se entrega el caudal pico requerido sin caída de temperatura, siempre que el sistema esté diseñado adecuadamente. Es importante recalcar que la producción instantánea pura en grandes edificios sin ningún apoyo es poco frecuente porque requeriría una potencia de caldera muy sobredimensionada.
Por eso, la configuración semi-instantánea (con inercia primaria) es la más utilizada en grandes instalaciones: combina un cierto almacenamiento energético con la producción instantánea a demanda, logrando cubrir puntas con equipos más compactos. En resumen, el secreto está en dimensionar correctamente la potencia de generación y el volumen de inercia según la demanda punta simultánea estimada (por ejemplo, mediante el perfil de consumo del edificio) y, si es necesario, instalar múltiples módulos en paralelo para grandes caudales. Muchos fabricantes ofrecen guías de dimensionamiento para que el instalador seleccione el modelo apropiado según número de habitaciones, caudal simultáneo, etc.
¿Cumplen estos sistemas la normativa española sobre ACS y Legionella?
Sí, siempre y cuando se diseñen e instalen correctamente, los sistemas de producción instantánea/semi-instantánea cumplen con el RITE y el RD 487/2022 (nueva normativa de Legionella) y, de hecho, simplifican su cumplimiento. El RD 487/2022 clasifica a las instalaciones sin acumulación de ACS como instalaciones con “menor probabilidad de proliferación y dispersión de Legionella”, lo que reduce las cargas de mantenimiento legal (no es necesario realizar las 4 desinfecciones anuales en el equipo de producción, puesto que no hay depósitos de ACS que desinfectar). Solo hay que asegurar que la red de distribución y retorno de ACS se mantiene por encima de 50 °C para evitar que la bacteria se multiplique en el circuito.
Esto es más fácil de controlar cuando no existe un tanque gigante enfriándose: el sistema instantáneo entrega agua a 60 °C o más continuamente, manteniendo la red en temperatura. En resumen, un intercambiador bien ajustado entrega ACS a ≥60 °C y mantiene el retorno alrededor de 50 °C, cumpliendo con los umbrales normativos para Legionella. Por supuesto, el resto de la instalación (punto de consumo, mezcladoras, etc.) debe seguir las exigencias del RITE en cuanto a aislamientos, energías renovables, eficiencia mínima, etc., igual que con un sistema tradicional.
¿Es compatible un sistema de intercambio instantáneo con energía solar térmica, bomba de calor u otras fuentes renovables?
Sí. Estos sistemas se pueden integrar con fuentes de energía renovable de forma eficaz. De hecho, uno de los atractivos de la producción semi-instantánea es que se integra fácilmente con sistemas solares o aerotermia.
La forma de hacerlo puede variar: por ejemplo, con energía solar térmica, en vez de un interacumulador solar típico, se puede utilizar un depósito de inercia solar (que almacena el calor captado en agua del primario) y luego alimentar con ese circuito al intercambiador de ACS. Esto evita almacenar directamente el agua sanitaria y sigue aprovechando la energía solar. Algunos fabricantes ofrecen kits o esquemas específicos para conectar paneles solares a un circuito primario con intercambiador externo.
Igualmente, con bombas de calor (aerotermia), un sistema semi-instantáneo permite trabajar a temperaturas más bajas eficientemente: la bomba de calor carga un pequeño depósito de inercia a, por ejemplo, 50 °C, y el intercambiador eleva instantáneamente la temperatura del ACS a 60 °C al momento del consumo.
En definitiva, el esquema es compatible con cualquier fuente de calor: calderas de gas, biomasa, bombas de calor, solar térmica, cogeneración, etc., siempre que se disponga el intercambiador y la inercia adecuados. Esta versatilidad asegura que el instalador pueda aprovechar al máximo las energías renovables disponibles sin renunciar a las ventajas de la producción instantánea. Como confirma un fabricante, “nuestro sistema semi-instantáneo elimina las limitaciones de los acumuladores convencionales y se integra fácilmente con fuentes de energía renovable”.
¿Qué mantenimiento requieren estos intercambiadores en comparación con un acumulador tradicional?
Muchísimo menos. En un acumulador de ACS tradicional, la normativa obliga a una rutina estricta: comprobación diaria de temperatura ≥60 °C en el depósito final, purgas semanales de lodos, revisiones mensuales de protección catódica, desinfección trimestral (ya sea térmica a >70 °C o con biocidas) y limpieza/análisis anual del interior del tanque.
Esto conlleva costos de mantenimientos continuos y riesgo de averías (por ejemplo, resistencias o ánodos que fallan). En cambio, un intercambiador de placas o equipo semi-instantáneo no almacena ACS, por lo que no requiere ninguna desinfección periódica legal.
La principal tarea es verificar su rendimiento y, cada cierto número de años, limpiar la cal acumulada: típicamente se recomienda revisar su transferencia térmica anualmente y realizar una limpieza química o mecánica cada 2 a 5 años según la calidad del agua.
Algunos equipos de intercambio modernos utilizan serpentines corrugados y alta turbulencia de flujo para auto-limpiarse en gran medida, evitando sedimentos e incrustaciones, por lo que la necesidad de desmontarlos es aún menor. En pocas palabras, un instalador pasará de revisar un acumulador cada día/semana a revisar un intercambiador quizá una vez al año, reduciendo dramáticamente los costes de mantenimiento y riesgo de averías. Este ahorro operativo a largo plazo es uno de los argumentos clave a favor de los sistemas de intercambio; de hecho, se estima una reducción del 80% en tareas de mantenimiento desde el primer año al evitar los acumuladores tradicionales.
¿Cuál es la vida útil esperada de un sistema de intercambio térmico de ACS?
Estos sistemas tienen una vida útil muy larga, comparable o superior a la de los acumuladores. Al eliminar o reducir significativamente la corrosión (gracias al circuito cerrado en los semi-instantáneos) y al requerir menos intervenciones invasivas, los componentes sufren menos desgaste. Muchos fabricantes indican que la mayoría de intercambiadores instantáneos sin depósito superan los 20 años de servicio sin problemas.
Además, suelen incorporar componentes modulares reemplazables (por ejemplo placas desmontables o serpentines sustituibles), lo que permite prolongar su uso aún más en caso de desgaste. Por otro lado, al no tener recubrimientos vitrificados ni ánodos de magnesio, se evitan las típicas causas de fallo de un acumulador.
En resumen, con un buen mantenimiento cada varios años, un intercambiador de ACS puede durar fácilmente dos décadas o más funcionando de forma eficiente. Cabe mencionar que la vida de la instalación global también se extiende al no tener que sustituir grandes depósitos pesados (difíciles de maniobrar en salas de calderas) cada cierto tiempo; los intercambiadores ocupan poco espacio y si algún día se requiere uno de mayor capacidad, su reemplazo es relativamente sencillo.
Dudas generales sobre sobre sistemas ACS en grandes instalaciones (conceptos y mejores prácticas):
Qué sistemas existen para producir ACS en instalaciones colectivas y en qué se diferencian?
Existen dos grandes tipos de sistemas de producción de Agua Caliente Sanitaria: por acumulación e instantáneos.
- En los sistemas por acumulación, el agua caliente se produce con antelación y se almacena en uno o varios depósitos para su posterior distribución. Por el contrario, en los sistemas instantáneos, el agua se calienta “al instante” cuando hay demanda, sin almacenamiento de ACS.
Entre estos dos extremos, se consideran a veces configuraciones híbridas: la semi-instantánea (instantáneo con pequeña inercia en primario) y la semi-acumulada (acumulación con apoyo de calentamiento instantáneo).
En la práctica: un termo eléctrico doméstico es acumulación pura; un calentador de gas instantáneo es instantáneo puro; un sistema centralizado típico de hotel con varios depósitos y caldera es acumulación; un sistema moderno con intercambiador de placas + depósito de inercia es semi-instantáneo. Cada enfoque tiene pros y contras. Acumulación: entrega inmediata de agua hasta agotar el volumen acumulado, pero ocupa mucho espacio y tiene pérdidas continuas.
- Instantáneo: muy eficiente y sin riesgo sanitario, pero debe dimensionarse para caudales máximos lo que puede ser costoso en alta potencia.
- Semi-instantáneo: busca lo mejor de ambos (ver preguntas anteriores). Lo importante es que en grandes instalaciones (hoteles, hospitales, etc.) históricamente ha dominado la acumulación, pero hoy día ya hay alternativas probadas más eficientes. Cada vez se apuesta más por sistemas sin acumulación de ACS para grandes consumos, gracias a los avances en control y a la preocupación por la Legionella.
¿Qué parámetros se consideran para dimensionar una instalación ACS centralizada?
Los principales son: Perfil de demanda, caudal punta y volumen diario de consumo. En grandes instalaciones se analizan datos como número de usuarios (habitaciones, camas, puestos de ducha, etc.), simultaneidad de uso, horarios pico (por ejemplo, franjas de duchas en la mañana).
A partir de ahí, se calcula un caudal máximo instantáneo (litros/min) y un consumo total diario (litros/día). Estos valores determinan el tamaño de los acumuladores o intercambiadores necesarios, así como la potencia térmica requerida (kW de calderas, bombas de calor, etc.).
Por ejemplo, un hotel de 100 habitaciones puede requerir atender un pico de X l/min durante 2 horas; con acumulación se pondrá un volumen que cubra ese pico, con instantáneo se asegurará potencia para generarlo en tiempo real. Otros factores: la temperatura de suministro deseada (normalmente 60 °C en acumuladores, o 50-55 °C en distribución con apoyo de mezcladoras), la temperatura de red/fría entrante (en invierno el agua de red está más fría y exige más potencia), y la presencia de energías de apoyo (solar térmica, etc.). También se consideran aspectos de calidad del agua (dureza, contenido en sales) que pueden condicionar materiales o necesidades de intercambiador vs. serpentín.
En resumen, el dimensionamiento es un equilibrio entre capacidad de almacenamiento o intercambio y capacidad de generación de calor, asegurando la demanda punta con un margen de seguridad y cumpliendo las normativas (RITE sugiere métodos de cálculo y tablas de simultaneidad para esto). Es recomendable usar las guías técnicas (por ejemplo, la Guía del IDAE-ITE o la UNE 94002) y herramientas de fabricantes para estimar estos parámetros.
¿Cuál es la temperatura ideal del agua caliente sanitaria en grandes edificios?
Depende del punto del circuito: En el acumulador se recomienda mantener ≥60 °C para evitar Legionella, mientras que en la red de distribución (ramales y retorno) la normativa indica mínimo 50 °C en todo punto de consumo durante la circulación.
En la práctica, esto suele lograrse almacenando a ~60 °C y usando válvulas mezcladoras termostáticas para entregar a los grifos a unos 50-55 °C, evitando escaldaduras pero manteniendo seguridad bacteriológica. La temperatura de consumo (lo que sale por el grifo) idealmente es 50 °C máximo en lavabos/duchas por confort y seguridad, y algo más alta para usos industriales o cocina (55-60 °C). Con sistemas instantáneos, normalmente se configura la salida a unos ~60 °C, y luego se puede mezclar.
Importante: Si no hay acumulación, es clave mantener el retorno de la red también elevado (≥50 °C), mediante una buena recirculación, para que el usuario reciba agua caliente sin esperas y la instalación esté dentro de los rangos seguros. Muchos edificios implementan programas de choque térmico elevando periódicamente la temperatura a 70 °C en todos los ramales para desinfectar (según RD 487/2022), pero esto se puede espaciar más en sistemas sin acumulación.
En resumen: ≥60 °C en almacenamiento/producción y 50-55 °C en distribución y grifería, con los ajustes necesarios para compatibilizar eficiencia (no exceder temperaturas altas innecesariamente) y salud.
¿Cómo se puede equilibrar la temperatura entre distintos ramales de ACS en una instalación grande?
Mediante una red de retorno bien diseñada y válvulas de equilibrado. En grandes instalaciones, para evitar que unas líneas se enfríen más que otras (por diferente longitud o flujo), se instala un circuito de recirculación: el agua que no se usa retorna desde los puntos lejanos hacia la sala de calderas, manteniéndose en movimiento y caliente. Es fundamental colocar válvulas de equilibrado termostático o caudalímetro en cada ramal, que aseguren que incluso en ausencia de consumo, circula suficiente caudal para mantener la temperatura mínima en cada tramo.
Estas válvulas limitan el caudal en los ramales cortos y permiten más en los largos, logrando temperaturas uniformes. Otra práctica es utilizar bombas de recirculación con control de temperatura: se instalan sondas en la tubería de retorno de cada sector, y la bomba modula para que todas se mantengan ~50 °C. En sistemas tradicionales, además, se suele incorporar una bomba de homogeneización en los acumuladores para evitar estratificación excesiva (partes frías abajo y calientes arriba). En los sistemas instantáneos/semi-instantáneos, al no haber grandes volúmenes estancados, la estratificación no es un problema y se elimina la necesidad de bomba de homogeneización.
En cualquier caso, el instalador debe comprobar, con termómetros o sondas en los puntos críticos, que no haya “puntos ciegos” sin circular; la normativa actual exige ese equilibrio hidráulico. Existen incluso sistemas automáticos de control que monitorean las temperaturas en la red y ajustan las válvulas de equilibrio dinámicamente, garantizando confort y seguridad en toda la instalación.
¿Qué mantenimiento preventivo se debe realizar en una instalación centralizada de ACS?
Además del mantenimiento del equipo de producción (ya discutido arriba: intercambiador vs acumulador), en una gran instalación ACS se deben cuidar todos los elementos del circuito. Esto incluye: inspeccionar periódicamente las bombas de recirculación (limpieza de filtros, verificar que no estén bloqueadas y que ajustan su potencia correctamente), revisar las válvulas mezcladoras termostáticas (calibración y limpieza, para evitar drift de temperatura), comprobar la estanqueidad y aislamiento de las tuberías (arreglar posibles fugas y reponer aislantes húmedos para evitar pérdidas). También es importante analizar el agua periódicamente en busca de Legionella y otros patógenos, tal como exige la normativa (en acumulaciones, el RD 487/2022 obliga a análisis regulares del agua almacenada).
Si la instalación cuenta con tratamientos antical (descalcificadores, dosificadores de polifosfatos) o desinfección continua (radiación UV, dosificación de biocida), se debe verificar su correcto funcionamiento según las recomendaciones del fabricante. En resumen, el mantenimiento integral de ACS abarca: mantener la generación de calor eficiente y segura, limpiar depósitos (si los hay) con la frecuencia legal, purgar puntos bajos de la red, asegurar temperaturas adecuadas en todo momento y documentar las actuaciones (el RD 487/2022 exige llevar un registro de mantenimiento). En instalaciones sin acumuladores, muchas de estas tareas (purgas, desinfecciones) desaparecen o se alivian, pero igualmente hay que monitorizar la temperatura y calidad del agua entregada. Por ello, es aconsejable que el personal técnico siga un plan de mantenimiento preventivo adaptado al tipo de instalación, siempre respaldado por la normativa vigente
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